La investigación del desarrollo del conocimiento a lo largo de la historia de la ciencia, llevó a Piaget a interesarse por la problemática ¿cómo se pasa de un estado de menor validez de conocimiento a uno de mayor validez de conocimiento?
Utiliza el método histórico-crítico para hallar la génesis de los principios filosóficos y científicos, qué los llevó a no aceptar un conocimiento y a validar otro en un contexto determinado. Primeramente, la filosofía especulativa dictaminó la naturaleza del espacio, del tiempo y de la causalidad, sobre el concepto de teoría científica, pero luego le cedió este campo a la ciencia. Piaget coincide con el empirismo con que la filosofía especulativa no fundamenta el conocimiento científico. Sin embargo, el empirismo es inadecuado para el constructivismo ya que el conocimiento no se construye por acumulación de experiencias (García, 2000). Entendiendo esto, Piaget aclara en una entrevista “Piaget explica a Piaget” (Panuccio, 2013) su enfoque:
No soy ni empirista ni innatista, soy un constructivista, porque pienso que el conocimiento no está listo, sino que se realiza por creaciones continuas y son renovados por la interacción con lo real; no son preformados. Existen en una creatividad continua. ¿Y por qué no soy un empirista? El empirista piensa que el conocimiento es una copia de los objetos… Pero el conocimiento nunca es una copia, el conocimiento es siempre una asimilación, esto es una interpretación o integración del objeto en la estructura interior del sujeto.
El pensador de la filosofía moderna Emmanuel Kant, influyó mucho a la epistemología constructivista con su teoría del conocimiento y la interacción del sujeto con el mundo físico. Para Kant, los fenómenos que se nos presentan en el mundo físico podemos conocerlos a través de la intuición empírica, que es posible mediante la aplicación de las categorías del entendimiento, de esta forma se organizan las impresiones sensoriales en espacio-tiempo. Así, se genera un orden de las representaciones (García, 2000). Es por esto que Piaget se pregunta si la génesis de estos principios es un apriorismo kantiano, o de origen innatista, social, etc. Propone un análisis lógico e intenta estudiar la organización interna de los conocimientos. Sin embargo, este análisis histórico-crítico no es suficiente para su epistemología ya que es un campo limitado por pensamientos ya constituidos, es decir que hay una conformación de estructuras adultas. Por lo que necesita de otro método que explique la génesis y la continuidad funcional de los procesos cognitivos, los cuales implican distintos niveles de equilibración, el psicogenético.
La teoría psicogenética parte de la idea de que el conocimiento se constituye a partir de la acción, y su objetivo es analizar qué tipo de organización presentan estas acciones. Mediante la interacción con el mundo, los objetos son incorporados (asimilación), por lo que supone una relación dialéctica entre el organismo y el medio y entre sujeto-objeto. El sujeto modifica al objeto, pero este tiene virtudes propias, por lo que conlleva a que el sujeto se modifique (acomodación). La asimilación confiere significado al hecho externo y transforma al objeto mediante esas significaciones. Estas acciones Piaget las denomina esquemas, serán asimilados, acomodados, generalizados y se repetirán en distintos objetos construyéndose la adaptación al medio (Piaget, 1950). Por ejemplo cuando el bebé interactúa con un objeto agarrándolo, chupándolo, presionándolo, se revelan los esquemas reflejos heredados biológicamente, que son el punto de partida para las siguientes construcciones perceptivas. Estas estructuras constituyen un proceso dinámico que se desenvuelven en el tiempo. En la entrevista “Piaget explica a Piaget” (Panuccio, 2013) Piaget dice:
Lo que hay es una construcción secuencial…el desarrollo de la inteligencia es una serie de construcciones que prolonga la embriogénesis y la epigénesis, La construcción sucesiva es una serie de etapas jerarquizadas, que nosotros llamamos “estadíos”. Podemos distinguir cuatro grandes estadíos: el primero se manifiesta antes del lenguaje, es el nivel de la inteligencia sensorio motriz. El siguiente es el nivel de las primeras representaciones con el lenguaje, es el periodo pre-operatorio. El siguiente es el nivel de las operaciones concretas, que refiere a objetos manipulables por el niño. Finalmente el nivel superior en el que el niño puede razonar con hipótesis además de objetos, lo llamamos Operatorio Formal.
Piaget va a buscar la respuesta en el comportamiento de los niños, desde el nacimiento a la adolescencia. Primeramente estudia a los bebés en cómo construyen la noción de objeto, espacio-tiempo, de causalidad, etc. Los ubica en el Período Sensorio-Motriz que va de los 0 a 2 años de edad. Aquí reconoce cómo es la formación del símbolo en el niño y cómo es la transformación de lo real y la noción del tiempo. A medida que se va encontrando un equilibrio entre asimilación y acomodación, hay una coordinación de las acciones en un sistema organizado. Piaget crea situaciones que ponen en manifiesto ciertas conductas para dar cuenta de la estructura que se está construyendo.
A medida que el niño crece, difiere la forma en que el sujeto epistémico se relaciona con el objeto. Para contrastarlo, ahonda en el campo experimental de la psicología genética observando e interrogando a los niños para llegar a la construcción de su representación del mundo. Para estudiar la distinción del mundo exterior e interior en el niño se han llevado a cabo métodos como los tests, la observación pura y el método clínico. Los primeros dos resultaron inconvenientes, el primero falseando la orientación espiritual del niño a quien se interroga, corriendo peligro a la fabulación, y el segundo por el animismo infantil y la dificultad de discernir en el niño el juego de la creencia. El tercero reúne las características de los métodos anteriores pero evitando los inconvenientes, consta en plantear problemas, hipótesis a las respuestas provocadas por la conversación, ampliando las conductas o explicaciones del sujeto (Piaget, 1997).
La principal actividad del niño es la adaptación tanto a los adultos que lo rodean como al entorno que lo rodea. El motor de su desarrollo cognitivo está en la equilibración, en estos pasajes de estadios de menor a mayor conocimiento. A medida que el sujeto interactúa con el medio, se encuentra con obstáculos o perturbaciones y aparecen mecanismos de autorregulación para compensarlas. Afirma Piaget:
No se trataría de cortes arbitrarios en el seno de un proceso continuo o puramente aditivo (…) las estructuras adquiridas en un nivel dan lugar a una reconstrucción antes de que estas estructuras reconstruidas puedan ser integradas en las nuevas estructuras elaboradas sobre los niveles ulteriores (Piaget, 1950).
En cada estadío, las estructuras del sujeto en su conjunto forman un sistema de equilibrio porque las acciones involucradas son capaces de compensar las perturbaciones. Pero cuando sus esquemas se resisten a la asimilación del objeto se genera un desequilibrio en las estructuras del sujeto y contradicciones. Una vez que se compensan estas perturbaciones, se produce un reequilibrio asimilando el objeto de conocimiento, acomodándose a sus esquemas, y construyéndose nuevas estructuras y conocimientos.
De esta forma, el pensamiento se vuelve reversible siguiendo el curso del razonamiento hasta el punto del cual partió, invirtiendo las propias acciones a fin de establecer su estado inicial.
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